Casos de menores de apenas 13 años con conductas de riesgo de suicidio han encendido las alertas entre especialistas en salud mental, quienes advierten sobre la creciente vulnerabilidad de niños y adolescentes. La situación se aborda en el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, que se conmemora cada 10 de septiembre.
Mauricio Romero Machuca, secretario de la Asociación de Psicólogos del Valle de Tecomán, explicó que factores como la ansiedad, la depresión, el acoso escolar y problemas familiares y sociales han contribuido a este incremento en edades cada vez más tempranas. “El suicidio no distingue edad ni condición social; necesitamos tratarlo como un problema de salud pública”, señaló.
El especialista subrayó que la familia juega un papel decisivo en la prevención. Mantener comunicación constante, escucha activa y acompañamiento cercano puede reducir significativamente los riesgos y evitar desenlaces fatales.
Romero Machuca recordó que la pandemia agravó los problemas de salud mental, por el aislamiento, la pérdida de seres queridos y las presiones económicas, afectando especialmente a los jóvenes. Por ello, insistió en la necesidad de mayor inversión en programas de salud mental, capacitación para docentes y campañas de sensibilización comunitaria.
El dirigente enfatizó que la prevención debe ser permanente y no limitarse a una fecha conmemorativa: “Se requieren estrategias sostenidas que involucren a instituciones, profesionales de la salud, escuelas y familias, y que fomenten un diálogo abierto sobre salud mental, porque la atención oportuna salva vidas”.
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