Sin estímulos públicos suficientes ni precios justos en el mercado, los productores de limón en Colima enfrentan uno de los periodos más prolongados de crisis en los últimos años. Aunque la cosecha aún no se detiene por completo, la rentabilidad del cultivo se ha desplomado.
Desde hace casi 12 meses, el precio del limón se ha mantenido por debajo del costo de producción, lo que ha obligado a cientos de agricultores a operar con pérdidas constantes. La situación se agrava con el cierre de la temporada alta, mientras que la siguiente cosecha se prevé baja y el siguiente repunte llegará —si acaso— en octubre.
“Lo que hay ahora en campo apenas alcanza para salir del paso. Muchos siguen trabajando gracias a sus ahorros, pero no hay certeza de que puedan sostenerse hasta el final del año”, advirtió Orlando Torres, gerente del Consejo Estatal del Limón.
El problema no es sólo local. Cambios en la dinámica internacional, como el crecimiento en la producción de aceite industrial de limón, han desplazado la fruta mexicana del mercado global, reduciendo las oportunidades comerciales y debilitando aún más a los pequeños productores.
Pese al entorno adverso, muchos campesinos continúan realizando las labores agrícolas básicas para no perder sus cultivos por completo. Sin embargo, el desgaste económico ya es evidente. Torres subrayó que si no hay intervención pública ni medidas estructurales, el ciclo productivo del limón podría entrar en una fase de mayor contracción hacia el cierre del año.
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