En Colima se detectó el primer caso de adicción al fentanilo, aunque la persona afectada no es originaria del estado. Se trata de un individuo que residía temporalmente en el municipio de Cuauhtémoc y que había desarrollado la dependencia mientras vivía en Estados Unidos.
Según explicó el comisionado estatal de Salud Mental y Adicciones, Guillermo Blanco Govea, al no encontrar fentanilo en la entidad, el paciente recurrió al consumo de otros opioides como el tramadol para aliviar el síndrome de abstinencia. Posteriormente, buscó ayuda profesional y fue atendido durante tres meses antes de regresar a Estados Unidos.
Blanco Govea precisó que no hay registros de consumo de fentanilo entre personas colimenses, pero advirtió sobre el riesgo creciente de esta droga, especialmente por su combinación con sustancias tóxicas como el levamisol, que puede causar efectos severos como paros respiratorios o alteraciones neurológicas.
El funcionario también señaló que se han documentado casos graves en ciudades de Estados Unidos y Canadá, donde el uso de fentanilo adulterado ha provocado episodios conocidos como “conducta zombi”, con severos daños en el comportamiento y la salud de quienes lo consumen.
Para contener este tipo de riesgos, Colima refuerza su estrategia estatal de prevención mediante campañas escolares, acciones comunitarias y el fortalecimiento de los Comités Municipales de Salud Mental y Adicciones, con enfoque en la gestión emocional, la prevención de la violencia y el consumo de sustancias.
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