La violencia en Colima continúa en ascenso, luego de dos ataques ocurridos en días recientes en los municipios de la capital y Coquimatlán, que dejaron como saldo la muerte de una niña de 5 años y un policía estatal. Estos trágicos sucesos han provocado indignación y preocupación entre los habitantes del estado.
El primer ataque ocurrió en el municipio de Coquimatlán, cuando un hombre caminaba con su hija por la Calzada Aguilar. De manera repentina, dos sujetos a bordo de una motocicleta abrieron fuego contra ellos. La niña resultó gravemente herida. A pesar de ser trasladada de inmediato a un hospital, su estado fue crítico y perdió la vida poco después del ataque.
El padre de la menor, no sufrió lesiones. El suceso ha conmocionado a la comunidad local, que exige justicia por esta muerte tan dolorosa e innecesaria.
En otro hecho violento, un agente de la Policía Estatal Preventiva (PEP) fue asesinado en la capital del estado. El policía, quien se encontraba fuera de servicio, fue atacado a balazos por desconocidos. Aunque no se han revelado detalles sobre los motivos del crimen, las autoridades estatales han expresado su firme compromiso de esclarecer este hecho y capturar a los responsables.
La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Colima, a través de un comunicado, ha ofrecido sus condolencias a la familia y compañeros del policía fallecido.
Ambos casos ponen de manifiesto la creciente inseguridad en Colima, una situación que afecta tanto a los ciudadanos comunes como a los miembros de las fuerzas de seguridad.
La creciente ola de crímenes ha generado temor entre los colimenses, a quienes preocupa que estos incidentes se conviertan en una tendencia aún más preocupante si no se toman medidas contundentes.
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