El Reino Unido se enfrenta a una ola de disturbios y protestas violentas después de un trágico incidente en Southport, donde un joven de 17 años, Axel Rudakubana, fue acusado de apuñalar a tres niñas en una clase de baile con temática de Taylor Swift.
Rudakubana, de origen galés, fue arrestado y acusado de tres cargos de asesinato y diez de intento de asesinato tras el ataque del 29 de julio. Las víctimas, identificadas como Alice Dasilva Aguiar (9 años), Elsie Dot Stancombe (7 años) y Bebe King (6 años), fallecieron en el lugar, mientras que otros diez, incluidos ocho niños y dos adultos, resultaron heridos.
Desinformación y respuesta oficial
La identidad del sospechoso fue inicialmente protegida debido a su edad, pero la corte levantó la restricción para contrarrestar la ola de desinformación que circulaba en redes sociales. Afirmaciones falsas que lo vinculaban con la inmigración ilegal y el extremismo alimentaron las tensiones, lo que resultó en violentas protestas organizadas por grupos de extrema derecha.
El primer ministro británico, Keir Starmer, condenó enérgicamente los disturbios, calificándolos de «matonismo de extrema derecha» y prometiendo que los responsables enfrentarán todo el peso de la ley. Además, el ex primer ministro Rishi Sunak también criticó las protestas, señalando que no estaban relacionadas con la tragedia de Southport y calificándolas como «comportamiento violento y delictivo».
Impacto y medidas de seguridad
Los disturbios se extendieron a varias ciudades del Reino Unido, incluyendo Londres, Liverpool, Belfast y Bristol. Las manifestaciones alcanzaron su punto álgido en lugares como un hotel en Rotherham, donde se alojaban solicitantes de asilo, y en una mezquita en Southport, donde se registraron ataques con piedras y botellas. La policía informó de decenas de agentes heridos y numerosos arrestos.
En respuesta a la violencia, el Ministerio del Interior británico implementó medidas de seguridad adicionales, incluyendo la posibilidad de que las mezquitas soliciten personal de «respuesta rápida» para protegerse de posibles ataques. Esta medida subraya la creciente preocupación por la seguridad en lugares de culto y la necesidad de proteger a las comunidades vulnerables.
Reacciones y solidaridad
La comunidad internacional también se solidarizó con las víctimas. Taylor Swift expresó su tristeza por la tragedia, mientras que fanáticos de la cantante recaudaron fondos para las familias afectadas. Líderes políticos, incluyendo el presidente de Portugal y la Familia Real Británica, enviaron sus condolencias a las víctimas y sus familias.
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