Este miércoles 3 de mayo de 2022, la ola de violencia en Colima cumple 86 días continuos de provocar zozobra entre las y los colimenses. Los homicidios se cometen a plena luz del día y en lugares públicos, alrededor de planteles educativos, incluso. Tan solo durante las últimas 24 horas se han contabilizado 6 personas asesinadas y 4 lesionadas por arma de fuego.
Fue el pasado 7 de febrero cuando, alrededor de las 4 de la mañana, habitantes de la zona conurbada Colima-Villa de Álvarez reportaban detonaciones de armas de fuego. El violento ataque fue contra una vivienda ubicada en Lomas de Vista Hermosa, colonia al norte de la capital del estado.
Tan solo horas después, la violencia se hizo presente en el municipio de Colima: hombres armados ejecutaron a un hombre en la colonia La Albarrada, lugar en donde, durante el mes de febrero, se registraron 4 homicidios.
Los hechos violentos eran el nuevo panorama en el estado de Colima. La Universidad de Colima, así como diversas escuelas, suspendieron sus clases presenciales debido a las balaceras registras en las cercanías de los planteles.
El hermetismo oficial hacía crecer el miedo en la ciudadanía que comenzó a implementar un “toque de queda voluntario” que orilló a los comercios a reducir sus horarios de atención al público.
Tras el aumento en la violencia, actores políticos, empresarios y ciudadanos, pidieron al Gobierno estatal romper el silencio e informar sobre los sucesos y acciones para hacer frente a la inseguridad.
Después de 4 días, la gobernadora Indira Vizcaíno confirmó que la ola de violencia, principalmente en la zona conurbada de Colima y Villa de Álvarez, se originó por un conflicto entre al menos 2 organizaciones criminales que hasta hace poco eran aliadas y actualmente mantienen una disputa.
La violencia se desató debido a la fractura de una célula del Cartel Jalisco Nueva Generación, cuando uno de sus grupos aliados, Los Mezcales, se separó y le disputó el territorio. En medio de esa batalla, en las calles quedaron cadáveres en bolsas, negocios balaceados, mensajes amenazantes y secuestros.
Para hacer frente a la violencia, el Gobierno de México desplegó más de 600 elementos de la Guardia Nacional, otros 350 de la Sedena y poco más 350 de la Secretaría de Marina. Todos ellos se sumaron a los 675 elementos de la Policía Estatal y a los más de mil agentes de las policías municipales.
De acuerdo con el Fiscal General del Estado, Bryan García Ramírez, el origen de ola de violencia que vive el estado se deriva de los sucesos ocurridos el 25 de enero pasado en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Colima, en los que participaron dos células del crimen organizado. El violento enfrentamiento dejó como saldo 9 muertos y 8 casos de asesinatos en grado de tentativa.
En el mes de febrero, los homicidios, debido al conflicto entre grupos delictivos, se concentraron en los municipios de Colima, Villa de Álvarez, Coquimatlán, Tecomán y Manzanillo.
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